jueves, 23 de febrero de 2017

Una Milésima (Parte I)


¿Cómo fue que caí tan rápido? esperaba escucharla y razonar. Pero basto una sonrisa en una milésima de segundo para voltear mi mundo. No tuve palabras, no tuve acción sobre mi ser, una parálisis total de mente y cuerpo estaba yo sintiendo.

El momento se detuvo, los sonidos se iban desvaneciendo poco a poco, no existía nada más en la tierra excepto ella y yo. Nos vi perfectamente, caminando en el parque, empujándonos el uno al otro esperando a que el contrario cayera para atacarlo con besos, caricias y el mayor cariño posible, levantándonos para preparar todo un día juntos.

Ese día se convirtieron en semanas, esas semanas en meses y esos meses en años. Años hermosos a tu lado, viendo como crecemos y maduramos, haciendo las mismas tonterías de siempre como dos niños jugando. Enseñándole el uno al otro cosas nuevas, mágicas e increíbles, cosas que jamás me pudiese imaginar aprender y descubrir con alguien más.

¿Qué es eso? ¿Una playa? ¡SI! claro que es una playa, un viaje junto a ti que con esfuerzo, juntos logramos conseguir. Algo especial que hizo que largas horas de trabajo rindieran frutos, que todas esas noches de desvelo tuvieran una recompensa. El estar junto a ti hoy aquí en esta playa hermosa y tranquila justo como tu mirada cuando la miro cada mañana.

Pasan los años y te sigo viendo tan hermosa, tan sutil, tan especial y magnifica como solo tú lo eres. Me enseñaste como vivir, me enseñaste a crecer, tuvimos las mejores aventuras, creciendo y aprendiendo cada día más, amándote y conquistando te como solo tú lo mereces. Gracias debería decirle al destino por esa vida que viví, por esa hermosa y grandiosa vida que viví en mi imaginación en esa milésima de segundo en que sonreíste. Espero no se pierda en un pensamiento... ¿O si?